Manzano japonés

 

 

Se trataba de que mirase todas las colecciones de objetos, cuadros y muebles. Un asunto relacionado con la subasta de Londres de la mayor parte de los bienes de D. sólo que en este caso se trataba de cosas de los abuelos.

Había una notable colección de instrumentos de cuerda, con unos curiosos violines y violas que más parecían fídulas medievales. Los muebles eran todos originales, comprados cuando no valía la pena falsificar. ¿Qué más recuerdo? Cierta sustancia viscosa y muy brillante aplicada a los suelos del palacete, en la hermosa terraza sobre el jardín y a mí disertando sobre alguna de las cosas que almaceno.

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Anoche nos dio un recital en casa el pianista Luis Bravo, genial discípulo de Esteban Sánchez y mejor amigo. Tocó maravillosamente, recreando en buena parte el último concierto que dio su maestro, combinando música nacionalista española con Chopin.

Una actitud reverencial entre los presentes, atentos a no perderse una palabra de las explicaciones previas de Luis ni de las notas que reverberaban en los muebles y paredes de lo que fue gabinete de la abuela de Ch. en madera de caoba, una madera muy de su tiempo, y una seda tan bonita que no se ha cambiado aunque está destrozada por el uso, algo que carece de importancia.

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Por la noche, incapaz de dormir, me atacó el mal de la soledad. Fue muy desagradable ver cómo los relojes digitales -el del ordenador, el del móvil- pasaban de la una cincuenta y nueve a las tres, robándome una hora ante mis propios ojos. Tuve la misma impresión que cuando me robaron los cuadros en Italia o cuando el pintor que enjalbegaba las paredes del estudio de Cuenca se llevó mi colección de grabados: algo que es tuyo y desaparece repentinamente, sin que hayas hecho nada para merecer tal castigo.

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El otro día me gustó Shame, una película sobre la soledad y la incapacidad para el amor. Está dirigida por un Steve McQueen que nada tiene que ver con el que protagonizó The Getaway, la estupenda cinta de Peckinpah. Se dan en Shame una serie de paradojas de lo contemporáneo de las que me interesó mucho el desplazamiento narrativo que hacen los responsables de la película. Fassbender está muy propio, hace un personaje totalmente creíble y sobrio, que es lo que se le debe pedir a este tipo de historias.

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Apunte meteorológico: la primavera ha arrancado mucho más seca que de costumbre. Nos han evitado todas las borrascas de las últimas semanas. En Portugal ya andaban en flor los espinos blancos.

El manzano japonés del patio está en flor y recuerda a una muchacha delicada y bonita cuya belleza sirve para ser admirada de lejos. Los peces han aparecido en la fuente tras una larga temporada sin verlos. Sólo se ven los de color rojo y alguien me dice que durante el invierno habrán devorado al resto, así que el rojo -una vez más- es color dominante.

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