Fértil y abundante

 

HP-venus_lespugue

 

He leído en algún sitio que alguien, aparentemente cualificado, descartaba la idea de que las llamadas Venus Prehistóricas tengan que ver con la fertilidad. Aplica un criterio práctico, muy de nuestro tiempo, y concluye que como tales estatuillas muestran mujeres obesas y la obesidad está reñida con el bien parir, no cree que nuestros antepasados fueran tan bobos como para adjudicarles la representación de la fertilidad.

No sé si el hombre en cuestión es biólogo, a saber. ¿Le dirá algo la palabra abundancia? Las Venus son abundantes, todos los rasgos del concepto están en ellas. Abundancia y fertilidad no andan lejos una de la otra. De la tierra que produce abundante cosecha se dice que es fértil. Y ya que se relacionan las estatuillas con las cosechas -aunque quienes las tallaron fueran cazadores-recolectores- ¿No se habrá dado cuenta de que se trata de representaciones de la Diosa Madre y que la fertilidad es uno de sus atributos?

*

Leí anoche una cita de Tácito: Los hombres prefieren devolver un agravio a devolver un favor, porque la gratitud es una carga y la venganza un placer.

¡Qué ajustado retrato del diarista membrillo!

Muy malo es envidiar pero aún es peor que te envidien. Cuenta que quien lo hace, por muy amigo que se haga en el presente, siempre acabará en Judas Iscariote. Es insoportable haber envidiado y más si el objeto de tan turbia y fea pasión se portó bien contigo pues a la carga y venganza que señala el romano se une la necesaria destrucción -hasta los cimientos- de quien sabe lo que eras en el pasado, cuando te dispensaba favores y buen trato.

*

Sin teorías conspiranoicas: si nunca se llegó a aclarar el espantoso asesinato de las niñas de Alcasser se debió, entre una serie de aparentes torpezas difíciles de aceptar,  a que los forenses hicieron muy mal su trabajo. Todos ellos eran donfiguras, pero hasta los actores del CSI de la televisión lo hubieran hecho mejor. Para cuando intervino un forense competente muchas evidencias estaban arruinadas. Por si algo faltara en el cuadro no  dejaron al nuevo hacer su trabajo. Conscientes de su chapuza, sabían que iban a quedar como Cagancho en Almagro. Intentaron convencer al juez de que no permitiese una segunda autopsia; cuando no lo consiguieron torpedearon el trabajo y ocultaron cuantas pruebas fueron capaces. Su torpeza fue de tal naturaleza que no se pudieron practicar análisis de ADN en cabellos ajenos a las niñas, presentes en la escena del crimen. Tampoco en algunas manchas de semen. En fin, unos impresentables capaces de alterar las cosas para no quedar con la reputación por el suelo.

*

Me está gustando la biografía de Velázquez por Benassar. La compré hace tiempo pero la tenía aparcada, mientras leía cosas más apremiantes. De momento no aporta nada que no fuera conocido pero tiene la virtud de olvidarse de los textos legendarios (Pacheco, Palomino, Ceán Bermúdez, Justi…) y de moverse con libertad y criterio propio entre las aportaciones que no sean una simple repetición o exégesis de lo canónico.

Relaciona muy bien a Velázquez con Pacheco, primero maestro y después suegro. Aunque su pintura estaba anticuada era un fiel seguidor de lo que en España se conoció como Pintura Sabia y en Italia como Manierismo. Sabido es que, para estar en la Maniera, los episodios representados -religiosos o mitológicos- no debían ser obvios. Antes al contrario había de buscarse el pasaje menor sólo conocido por eruditos.

En los cultivadores del género se veneraba el Número, las matemáticas y la geometría. Inconcebible para un manierista organizar el espacio del cuadro sin una estructura subyacente muy elaborada en el sentido numérico y, consecuentemente, simbólico.

Había, pues, en Pacheco un interés muy grande por convertir la representación pictórica en una parte de la Ciencia. Si se piensa en las constantes velazqueñas -más allá del fácil naturalismo en el que tan frecuentemente se le enclava- nos damos cuenta de que lo aprendido con su maestro le acompañó el resto de su vida.

*

Tengo la impresión de que se le está yendo la pinza. No reconozco en este hombre irritado y furioso a la persona amable de años atrás. Todos cambiamos. Lo hacemos nosotros y también nos cambian los demás, en especial cuando dependemos de otros. Pero esta deriva, en lo personal y en lo político, me ha cogido desprevenido. Todo va demasiado deprisa y eso es lo que me preocupa.