Tan modernos como el que más

 

 

Mal asunto cuando un pueblo se dedica a rememorar sus guerras pues, aunque el respeto por los caídos es obligado, conviene no olvidar que el origen de toda guerra es la traición.

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La honestidad de un político es directamente proporcional a su desinterés por el poder. Como todo partido es la suma de sus políticos cabe decir lo mismo. Me temo que esto sólo puede ser entendido por aquellos que no usan recetas leninistas.

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Dicen que es poco elegante hablar de uno mismo y es cierto en lo que se refiere al verbo ‘hablar’ pero en absoluto a ‘escribir’. Hay bastante confusión en este tema. Parece lógico que un científico o un filósofo sistemático se apliquen a su objetivo y traten, con relativo éxito, de silenciar el yo. En las artes, en la vida misma, ese yo es la pantalla en la que se proyecta lo real y, al igual que la fotografía no es lo real sino un fantasma del mismo, –una apariencia entre las muchas posibles–, sólo podemos ver así  lo externo. En definitiva, sombras. Y de eso hablamos.

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Te dice que salgas, que te veas con los amigos, que vayas de compras al super. A ver cómo explicas que amas la soledad del campo, de tu casa, de tu estudio; que los amigos son cosa de la niñez y juventud, que los pocos que tienes se han muerto o están como tú, que no te cuesta el menor trabajo ser amable con todos e íntimo con ninguno, que aplicas lo que te dijeron de jovencito y no querías creer (Cuenta tus penas a tus amigos y se reirán sus abuelas); que al super vas cuando no tienes más remedio y sólo a buscar chocolate; que el cine te aburre y comer no vale el esfuerzo; que la gata se ha independizado y solamente vuelve cuando quiere comida; que estás cansado de que te digan lo que deberías hacer y de que pretendan apartarte de lo que ocupa tu cabeza ahora mismo, que es prepararte.

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Estos jóvenes pintores realistas que gastan tremenda energía en hacer ver que su obra no debe ser confundida con la tradición, que ellos son tan modernos como el que más.

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Conceptualmente fui educado en el formalismo y, por tanto, en la pintura no literaria. Sigo en ello aunque sé que la gente exige historias, anécdotas, sentimientos y todo aquello que separa a la pintura de sí misma.

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La emocionante carta de un amigo que vive lejos:

Querido,

La muerte de un padre nunca se lleva bien. El mío falleció a los 72 años después de sufrir mil enfermedades. Tenía un expediente médico asombroso. Posiblemente su negativa a que lo atendieran en la Seguridad Social aceleró su deterioro físico. Quizá, mal aconsejado, se metió en una serie de operaciones que lo fueron debilitando.

No permitas que te venza la depresión. He pasado por momentos así cuando tuve que cuidar a mi padre durante tres meses, pues mi madre no podía físicamente con él. Tenía que ayudarlo a vestirse y asearse todos los días. Empezábamos a las 9:00h y terminábamos a las 11:00h. Tenía que poner el máximo cuidado al agarrarlo para ayudarle a salir de la ducha, ya que por culpa del Sintrón (él fue uno de los primeros medicados) tenía el cuerpo lleno de hematomas. Fueron los tres peores meses de mi vida. Debido a ese estrés y a una gran tensión, poco después de que él falleciera, me dio un infarto. En el hospital al estar bien atendido y sedado no pasaban cosas raras por mi cabeza, pero fue en el momento de entrar en mi casa cuando caí en barrena. Debido a eso perdí mi ritmo de trabajo y la mayoría de mis clientes. Para esos “clientes amigos”, despiadados, era un enfermo al que había que compadecer pero no ayudar.

No soy dado a dar consejos, pero sí puedo hablarte por mi experiencia personal. Para eso solo hay un remedio, que es trabajar y disfrutar de lo que a uno le gusta verdaderamente hacer. (Siguen palabras que el pudor obliga a callar) Creo que ese es tu refugio.

Ya sabes que aquí tienes un amigo leal.

Un fuerte abrazo.

J.

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Un par de boleros favoritos de mis padres. Sonaban en casa cuando yo era niño.

 

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