Zóbel. Cuaderno de apuntes (y XV)

LO QUE VALE LA PENA: Reunión de aficionados. Casa pequeña y bonita. Mesa muy limpia. Cielo claro y luz de luna. Jarrón con flores. La época del té, del bambú, de la naranja. Estar rodeado de cuadros buenos. Un anfitrión ni severo ni indiscreto… Sentirse simpático. Oler incienso. Ver cuadros antiguos. No tener preocupaciones. Filosofar… El momento de despertar. Salir de una enfermedad… Ver arte sin prisa.

LO MALO: Días húmedos. Estar sentado debajo de un candil que gotea. La mañana después de la juerga. Un tintero con tinta seca… El coleccionar demasiadas cosas. Escribir crítica confusa. El que se sienten encima de uno de mis cuadros. Las visitas que tienen prisa. Un cuarto con goteras. El que me pidan prestado un cuadro «para estudiarlo»… Las restauraciones mal hechas y los marcos cursis. Una reproducción mala… La gente que no sabe tratar los cuadros. El ruido de ratones. Esos criados que no saben marcharse. Los que preguntan el precio de todo. Los que todo lo tienen que tocar con sus dedazos…

DESASTRES QUE LE PUEDEN OCURRIR A UN CUADRO: Que caiga en manos de un cateto. Que vaya a parar a manos de una casa de empeños. Que lo compre un arrogante. Que lo recorten para hacer pantalones. Que lo herede un hijo tonto. Que lo roben. Que lo vendan para tener con qué comer. Que se moje o se queme. Que lo entierren con su amo.

CH’EN CHIJU

Dinastía Ming, Siglos XVI-XVII

LAS COSAS

El bastón, las monedas, el llavero,

La dócil cerradura, las tardías

Notas que no leerán los pocos días

Que me quedan, los naipes, el tablero,

 

Un libro y en sus páginas la ajada

Violeta, monumento de una tarde

Sin duda inolvidable y ya olvidada,

El rojo espejo occidental en que arde

 

Una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,

Limas, umbrales, atlas, copas, clavos,

Nos sirven como tácitos esclavos.

 

Ciegos y extrañamente sigilosas!

Durarán más allá de nuestro olvido;

No sabrán nunca que nos hemos ido.

JORGE LUIS BORGES

 

XXIV

¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!

JONATHAN SWIFT

La vida es lo poco que nos sobra de la muerte.

WALT WHITMAN

citado por Franz Kafka a Gustav Janouch, «Conversaciones»

La maldad imaginaria es romántica y diversa; la maldad verdadera es aburrida, monótona, triste y vacía. La bondad imaginaria es sosa; la bondad verdadera siempre resulta sorprendente, maravillosa, alucinante.

SIMONE WEIL

El correcto, el único, el perpetuo tema del pensamiento: lo que no existe, lo que no está ante mí, lo que fue, lo que será, lo posible, lo imposible.

PAUL VALERY

XXV

Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.

JORGE LUIS BORGES

epílogo a «El hacedor»

XXVI

Vamos a suponer que el hombre apareció hace millón y medio de años. La fecha exacta no la sabremos nunca. Y ahora vamos a comparar la historia de la humanidad con un año de calendario; un año en el que cada día equivale a cuatro mil años de historia.

Dentro de este esquema, nuestros antepasados Homo habilis aparecen en el primer día de enero. Homo habilis anda erguido y emplea los más primitivos artefactos. Caza en grupo pero probablemente no habla como nosotros, aunque utiliza algún método rudimentario de comunicación. La expresión verbal que conocemos evoluciona lentamente durante los primeros tres meses de nuestro año. El hombre progresa esporádicamente y con dificultad; el fuego le sirve primero de protección contra el frío y las fieras; mucho más tarde lo emplea para cocinar. Poco a poco se van perfeccionando los utensilios de piedra y se estudia la ciencia de la caza. Lentamente se va formando y concentrando el cerebro que conocemos. Nuestro «Verano» nace y muere; dos terceras partes de nuestro «Otoño» han transcurrido cuando, finalmente, hacia el primero de noviembre, aparece el hombre de Neanderthal. Las primeras indicaciones de creencia religiosa las hallamos en los yacimientos de los últimos neanderthaloides: corresponden al 17 de diciembre de nuestro esquema.

Cuando llegamos al 24 de diciembre de nuestro año hipotético, todas las formas primitivas del hombre han desaparecido, absorbidas o aniquiladas por el «moderno» y progresivo cromagnon. La agricultura se incia a mitad del 28 de diciembre y toda nuestra era histórica -nuestros breves seis a diez mil años documentados- se refugian en los dos últimos días de nuestro «año». Sócrates, Platón y Aristóteles nacieron sobre las nueve de la mañana del 31 de diciembre; Jesucristo al mediodía, y Cristóbal Colón a las nueve y media de la noche. La última hora del 31 de diciembre; la última hora de la última noche del año, contiene todo nuestro siglo pasado y el presente.

R.T. FRANCOEUR

prólogo a «La aparición del nombre», de Pierre Teilhard de Chardin

* * *

ADENDA DE CC

Fernando Zóbel sobre su propia pintura:

«En un sentido, mis cuadros pueden parecer sencillos de realización porque efectivamente son fáciles de realizar. Esta facilidad es resultado de un esfuerzo que yo creo debe quedar escondido (…).

Mis cuadros -los que salen bien- son fáciles y rápidos de pintar porque están muy ensayados. Pueden parecer frescos y espontáneos pero son todo lo contrario. En ellos hay relativamente poca improvisación. Casi toda improvisación auténtica tiene cierto aire pesado, confuso y contradictorio.»

«Desde la serie de Las Saetas yo creo que nunca me he propuesto pintar un cuadro abstracto (ni tampoco figurativo). Me he propuesto, sencillamente, pintar un cuadro. En fin, que no me propongo la cuestión abstracción-figuración como problema. ¿Qué más da? Lo importante es el resultado.

Quizá la abstracción, en mis cuadros, esté en manos del público. Si reconoce algún tema, los cuadros son figurativos; y si no, abstractos. Pero no se trata de un juego de adivinanza. Me da igual que mis paisajes se reconozcan como paisajes o como flautas. Lo que sí me importa es que mi sensación, «mi pequeña sensación», como diría Cézanne, encuentre un eco.»

«Mi pintura siempre ha sido tranquila. Busco el orden en todo lo que me rodea. En el orden, en el sentido más amplio de la palabra, busco la razón de la belleza (…) Por eso soy incapaz de emplear directamente un modelo. Me fío mucho más de la ordenación que impone la memoria. La memoria selecciona y organiza. Me dice al oído: «esto es lo que vale la pena», y yo intento escuchar.»

* * *

Fernando Zóbel murió en Roma en 1984. Revisitaba cuadros amados, interesado en las relaciones de color sobre las que estaba trabajando. Temía a los coches porque una hechicera filipina le había vaticinado en su juventud que su muerte tendría que ver con ellos. Murió en un taxi mientras lo llevaban al hospital más próximo por una indisposición repentina. Descansa en una tumba sencilla, excavada en la roca viva sobre la Hoz del Júcar, donde tantas veces había dibujado. Allí espera el final de los tiempos.