Malos tiempos

El tiempo trabaja contra nosotros y raramente arregla nada sino que más bien lo estropea. Cuántas veces nos encontramos con un callejón sin salida, teniendo que tomar una decisión que tal vez permanecía agazapada desde el principio esperando su oportunidad.

*

La lucha por la vida barojiana es una idea del siglo XIX, sacada directamente del darwinismo. Para nosotros se ha dulcificado mucho el asunto, más bien se trata de cómo vegetamos en un pudridero en el que abundan gemas que no podemos alcanzar. La lucha elemental continúa en otros lugares, inconsolable.
*
Me cuentan que los médicos cubanos están recetando medicinas herbales, de herborista. Es el mismo principio que hace, en las cocinas de las casas, empanar hojas de verdura y servirlas como filetes. O que explica esa tremenda afición a la pesca de los habaneros, tan dispuestos a lanzar la pita en las aguas del malecón.
*
La otra Cuba, la que ya está en marcha, no es la de las Damas de Blanco sino la de Kola Loca y su reguetón, una música considerada perversa por el régimen pero que llena los locales de jóvenes y molesta a los viejos, que siguen prefiriendo el son.
O la de aquellos cubanos que reciben remesas de dólares desde Miami y comienzan a veranear en Varadero, no en los hoteles para turistas extranjeros, donde no tienen permitida la entrada, sino en lugares más baratos habilitados para ellos.
*
La solución pacífica en Cuba pasa por una alianza entre los de Miami y aquellos elementos del régimen castrista -desaparecidos los Castro- que aspiren a la transición. Es decir, una solución a la soviética, con un reparto equilibrado del territorio. En caso contrario: Alto Songo, La Maya se quema.
*
Los días de niebla espesa han sido sustituidos por otros de cendales finos y un solecillo frío, amarillo de Nápoles, que no consuela pero anima la vista. Después han llegado la lluvia, el frío y unos días de cielo encapotado, de plomo nuevo, que pesan en el alma tanto como mis pecados.