En completa soledad

 

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Ha muerto Pedro Zerolo y es una pena. Sin embargo parece que tiene asegurada la canonización civil por su lucha a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo. La suya fue una lucha nominal pues los derechos que conlleva formar este tipo de pareja estaban reconocidos por la ley. La brillante idea del difunto fue situar el problema en otra perspectiva, en la reivindicación del derecho a que la unión se llamase matrimonio. En cuanto al resto de derechos no había nada que añadir pero esa palabra, con su contenido tan rico en connotaciones, tuvo para él algo mágico. Poco importó que matrimonio venga de madre y designe, desde un punto de vista antropológico, el legado de las mujeres como patrimonio significa lo mismo relativo a los hombres. La precisión semántica carecía de importancia al lado de la simbólica.

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Qué días de viajes y secarral. La primavera ha sido áspera y de luces cegadoras. El campo se agostó muy deprisa adornándose con todos los matices del amarillo.Tal vez no guste a todos pero, usando los ojos, puedes ver una paleta que va del amarillo de Nápoles al ocre romano. Todas las tintas con peso y densidad, para estómagos fuertes.

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De la última carta de Eva Braun: No logro entender cómo ha acabado todo así, pero en estos momentos resulta imposible seguir creyendo en Dios.

La escribe desde el bunker, atestado de la mejor comida y bebida, preocupada por dejar sus joyas dispuestas y bien ordenadas para su hermana y amigas; recibiendo la última visita de Speer y festejando al arquitecto con pasteles y champán francés. Una nube de algodón de azúcar debió impedirle ver lo que estaba ocurriendo. Pudo escapar cuando tenía tiempo y prefirió quedarse junto al Monstruo. A pesar de su estupidez –o ingenuidad– parece de los pocos seres humanos en aquel agujero.

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Para seguir con el bunker me parece que la escena más terrible se produce en el despacho de Hitler cuando Goebbels y su mujer le manifiestan el deseo de asesinar a sus hijos y suicidarse después. Ni un gesto de compasión hacia los inocentes por parte del Monstruo: unas muertes más con la misma falta de importancia que el resto. Podrían haberse salvado pero las entrañas criminales eran frías.

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Es contrario a las leyes naturales enviar niños a la guerra. Cuando este imperativo es transgredido se está ante la locura, sin paliativos, pues la maldad extrema –en todas sus formas– es locura por revelar.

Negamos a Satanás, que es la encarnación del Mal en forma reconocible, y preferimos llamarlo de otro modo, más allá de que –de tiempo en tiempo– se produzca la hierofanía y el mundo se llene de sangre.

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De todos los retos que ofrece la vida el más complicado es distinguir a los malos. Y es complicado porque no acostumbran serlo a tiempo completo.

Hubo un asesino en serie muy esquivo: tras matar a sus víctimas las congelaba en una cámara de su propiedad y allí las mantenía durante meses hasta que el revuelo cesaba por completo y la policía dejaba de buscar. Después le bastaba con arrojar los restos congelados en algún paraje poco frecuentado y dejar que el calor hiciera su trabajo. Al encontrar el cadáver no había forense que diera pie con bolo. Al margen de cómo terminaron por atraparle -encontraron unos restos antes de que se descongelasen por completo– nadie que le conociese podía creer en su personalidad asesina: era buen padre y marido, amigo leal y servicial vecino. Jamás una bronca o multa de tráfico. En un conocido libro en el que se pretende desvelar la personalidad de este otro monstruo sólo hay confusión y falta completa de remordimientos.

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Para el dinero lo más conveniente, útil y provechoso, es estar a ambos lados de las trincheras.

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Considerar la Revolución como un ser con vida propia, un dios al que se debe adorar sobre todo lo demás y al que entregar la vida, la propia y la ajena pero mejor esta última. El odio al clero, a la religión judeo-cristiana, es un requisito indispensable para erigir altares al nuevo Baal. Sin tener en cuenta este fervor es imposible comprender los crímenes del comunismo.

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La tremenda arrogancia espiritual de quienes piensan que los ilustrados deben guiar a las masas a la salvación procede directamente de los tiempos del Terror.

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Para mí es un completo enigma cómo se las arregló Picasso para sobrevivir durante la Ocupación yendo todos los días a Le Catalan acompañado por Dora Maar, recibir visitas de oficiales alemanes siendo el reconocido autor del Guernica y estando su obra en el listado de arte degenerado. ¿Por qué no emigró como hicieron otros? Lo más probable es que no tuviese nada que temer aunque era un hecho conocido que fueron los judíos quienes lo hicieron rico.

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Se posa suavemente en mi mano, es una Baetis rhodani. ¿Qué hace aquí, en esta plaza porticada, en esta terraza donde leo el periódico y tomo café? ¿Dónde dejó sus frías aguas trucheras y el rizado de los rabiones que arrastran a los pescadores? Me trae recuerdos de Martín, de los ríos de montaña, de la trucha que saltó en el remanso del molino, donde desagua el caz. Se ha equivocado más que la paloma, lo suyo es peor: el calor secará sus alas –tan delicadas– y su vida habrá sido efímera, como le corresponde, pero en completa soledad.