Mandangas

La fotografía da mucho de sí: puedes enredarte con cualquiera de sus recovecos o dedicarte a tomar fotografías.

Probar películas que uno no va a utilizar es perder el tiempo o dedicarse a los recovecos que cito arriba. Las únicas películas que vale la pena ensayar son aquellas que se piensan utilizar en un trabajo concreto.
El exceso de películas y reveladores fatiga cuando no irrita. Mantener los medios lo más sencillos posible ofrece muchas ventajas.
No hay fórmulas milagrosas ni películas que ofrezcan lo imposible. Expón y revela bien tu material, eso es todo. El resto, lo que importa, es la imagen.
Cuanto mejor es el fotógrafo menos importancia da a los medios. Algunos incluso se irritan cuando se les pregunta, no por afán de guardar secretos como cree el aficionado, sino porque prefieren hablar de imágenes, de conceptos, de ideas.
Hay que mirar con ojos propios, nunca con ojos ajenos por muy cualificados que estén. Si alguna vez se te cuela algo, que sea cierto que no te has dado cuenta.
He visto carreras de buenos fotógrafos estropeadas por el afán mimético, por el «quiero ser como…» Es un tanto estúpido tropezar en eso.
La fotografía es un hecho visual como la música es un hecho auditivo. Ahí empieza todo, lo que viene a continuación son las ideas. Nunca debería ser al revés.
Cuando leo «fotografía conceptual» suelo reírme primero y después me palpo el bolsillo para ver si la cartera aún continúa en su sitio.
Ser discreto es una ventaja pero también te puede costar la vida, literalmente. En los Apalaches se cepillaron de un disparo de rifle a uno que quiso entrar sin ser invitado.
Puedes hacer fotos callejeras, fotos según caminas, pero es un viaje muy largo. Suele dar mejor resultado pensar en un tema y cambiarlo inmediatamente si descubres que visualmente no ofrece interés.
Conocí a un fotógrafo, que ya habrá muerto, que no fotografiaba. Todo su afán era poseer cámaras que al resto nos estaban prohibidas en aquellos años. Cuando comentábamos algún reportaje interesante aparecido en una de aquellas revistas (Camera, por ejemplo) siempre decía lo mismo, mientras acariciaba su Hasselblad: «Eso es estar allí, el resto es fácil«. El caso es que no le faltaba razón aunque no haya dejado obra.
Hay fotógrafos de una sola obra, incluso de corto alcance. Zabalza con sus gitanos o Colom con sus putas. No digo Frank por miedo a ofender.
Ningún fotógrafo, por bueno que sea, ha hecho más de una docena de fotos importantes. El resto son dignas acompañantes en el mejor de los casos.
Cuando vemos la obra de un fotógrafo estamos viendo sólo lo que él quiere que veamos, aunque tomemos ese fragmento por la realidad completa. Nos esconde las dudas, lo fallido, lo rematadamente malo o inane.
He visto a HCB fotografiando en la calle -está en vídeos- pero nunca he visto publicados los temas a los que disparaba.
Las fotos en blanco y negro son más expresivas en la pared que las de color. Pero las segundas se vengan en la pantalla del ordenador. En realidad el color es muy difícil de hacer bien y si no lo tienes claro usa el blanco y negro.