Durante tanto tiempo

 

 

Algo debo estar haciendo bien cuando un escritor sonado me dedica tanto tiempo en sus diarios y blog. Sin citar, pero eso no es necesario porque todos saben de quién se trata pues me lo cuelgan para que lo lea. Mientras tanto, yo paseo con mi bastón de cojo sempiterno esperando la ocasión de saludarle, como si tal cosa. Quién sabe si tendré ocasión de ello aunque sea a los pies del pico de Santa Cruz. La vida, algunas veces puede ser bienhechora.

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Tiene la casa infestada de serpientes venenosas e insiste para que vaya a visitarle. Las tiene en cestos de mimbre, por todas partes. Uno no sabe dónde sentarse ni cómo colocar los pies. Hay unas cuantas crías, muy pequeñas, que vagan por la casa confundidas con la textura y el color de las esteras. Le advierto que las crías nacen siendo venenosas y se ríe de mis miedos.

¿Por qué algunas personas se sienten fascinadas con las serpientes y más si son venenosas? A un amigo de muchos años se le eriza el pelo cuando ve uno de estos animales y no para hasta cogerlo si puede. Cierta vez, en mi presencia, le mordió una culebra bastarda, que es venenosa en contra de lo que muchos creen aunque tiene los colmillos retráctiles ya en la garganta, para envenenar a la presa cuando pasa por allí camino del estómago. Esa es la razón de que un mal encuentro con ellas, que pueden alcanzar bastante tamaño, suela ventilarse sin problemas pues muerden con los dientes de la boca y esos, aunque afilados, no inyectan veneno.

En el documental que le hicieron a Shelby trabajando en sus montañas de Kentucky salen ritos de una secta que venera a las serpientes, en ese caso crótalos o serpientes de cascabel, mucho más venenosas que nuestras víboras, que ya lo son. Cada familia o adepto tiene las suyas, que guardan en unas cajas ciertamente interesantes.

La iniciación se produce en la cuna: ponen una o dos de estas serpientes de cascabel en la cuna del recién nacido y si no le pican es que está bendecido por Dios y merece la vida. Sus ritos son a cuál más espantoso y no es cierto que extraigan previo a la ceremonia el veneno de las bichas, eso me contó Shelby. Él tiene fotografiados esos ritos muy bien aunque debió pasar por la iniciación para que le admitiesen como uno de los suyos. Qué locuras podemos hacer los humanos, habiendo un Dios bondadoso.

Pero volviendo a mi amigo parece que un día se le cayeron varios cestos al suelo y se le escaparon unas cuantas víboras que acabaron en el jardín y de ahí vete a saber dónde porque aquello es una urbanización. Suele haber suerte con estas cosas y debieron huir al campo cercano. La próxima vez lo pensaré dos veces antes de aceptar una invitación, uno no puede vivir en esas condiciones y esperar que la gente vaya a verte como si nada.

La lección que uno extrae de los reptiles, visto su éxito evolutivo, es que los seres con cerebro pequeño, con tres o cuatro ideas pero muy insistentes, suelen tener más éxito.

Miren esos cocodrilos del Masai-Mara. Sí, los que están acostumbrados a esperar a los cuadrúpedos para comérselos al paso. Antes esperaban dinosaurios y no me digan que no es cansino hacer lo mismo durante tanto tiempo.