El ‘artista’ siempre se lleva por dentro. Ahí no pasa ni gota de frío.

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Lo peor de los optimistas es soportar su ruido las escasas veces que aciertan.

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El pesimista no es más certero en sus predicciones sino que la mayor parte de nuestros disparos son fallidos.

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Me gusta: los ladrones no entran en casas vacías.

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Doy por seguro que unos pocos que se reclaman ‘de Léautaud’ lo habrían esquivado vivo cual mierda de gato.

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Un joven escritor que sigue a la gente para mejor estudiar sus vidas y crear personajes. Cuando no respeta sus propias normas (nunca seguir a la misma persona dos veces, no centrarse en mujeres y no seguirlas por calles oscuras) termina lo literario y comienza el caos.

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Mi vida está llena de errores pero mis mejores obras piden perdón por ellos.

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La falsa ilusión del joven viejo o del viejo joven se rompe en cuanto te afeitas la cabeza. El pelo, si lo tienes, te impide ver la calavera que ya asoma por todas partes.

Si no tuviera nada mejor que hacer sería el tiempo de iniciar una serie de autorretratos (sí, Rembrandt) pero estoy muy lejos de sentir el egotismo imprescindible para acometer un proyecto de corte tan humanista. No dejaría de ser una botella vacía flotando en aguas turbias.

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Si digo ‘el comunista Picasso guardó silencio durante la Ocupación y recibió cordialmente a los oficiales nazis interesados en su arte pero, tras la Liberación, se ocupó en difamar a quienes le parecían colaboracionistas’ podría tomarse por un ataque a su pintura cuando lo es a su persona. Pero –siempre hay un pero– en el Arte Moderno se declara la indisoluble unión entre vida y obra.

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Cuando era joven emprendía grandes proyectos pictóricos que no era capaz de resolver y ahora que sabría hacerlo no me quedan ganas de embarcarme en ellos.

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No es ‘tienes una vida, disfrútala’ sino ‘vívela’. Si se añade ‘intensamente’ se corre el riesgo de que alguien piense que se trata de alcohol, drogas, sexo y el resto del paquete. Quienes así lo interpretaron en mi generación están todos bajo tierra.

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Amo le bello y aborrezco lo feo pero me atraen por igual.

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Las dictaduras tienen algunas ventajas, la primera de las cuales es poder echar la culpa de todo al dictador. ‘Esto no pasaría en una democracia’ –dicen los entendidos. Oyendo tal mantra piojoso pasé adolescencia y juventud.

Con el sueño realizado vives la dolorosa experiencia de saber que las naciones tienen lo que merecen y se han trabajado.

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Al final quedan la amistad y el carácter, bueno o malo.

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Nota bene: la imagen de arriba es un Rubens. Cuando aparece uno enteramente de su mano se te caen los palos del sombrajo y entiendes por qué fue maestro de maestros, por qué su influencia perduró más de un siglo. En este caso se trata de un retrato muy enigmático: podría tratarse de un escultor o de un coleccionista pero las barbas y el manto autorizan pensar en imagen religiosa. Siento que no puedan verlo como yo, en alta resolución.