Es bobo decir que ya no es posible creer en algo en vez de argumentar por qué ese algo es falso.
*
Para el pragmático sólo es verdad lo que sus contemporáneos le permiten decir.
*
Los hombres no pueden vivir hechos sin mitos, autoridad sin rituales y realidad sin sueño.
*
Lo más cómico es que la política no nos hace ninguna falta.
*
Como estrategia de supervivencia y lograr mejoras, la adaptación inmediata al criterio dominante en el grupo es muy ventajosa pero también muy aburrida. Y te mueres lo mismo pero sin opiniones propias.
*
Aceptarse es el primer paso hacia la liquidación del yo.
*
El mediocre comete errores de tamaño discreto. Los del hombre con talento son inmensos.
*
Quizá lo más emocionante de la pintura sea ver cómo el muñeco se transforma en persona.
*
El invento de la fotografía trajo grandes males a la pintura pero no porque la suplante sino por la cantidad de idiotas que creen que lo hace.
*
La vida de músicos y artistas es bastante aburrida, a pesar de los literatos. Horas y horas de trabajo en soledad, acompañados de muertos.
*
El maldito secreto de la felicidad consiste, nueve de cada diez veces, en callar.
*
El buen cazador sabe buscar cazadero. Un urbanita cambia de ciudad pero no de costumbres: el amante de los bares no irá donde no los haya.
*
A pintar se aprende pintando pero necesitas un profesor con mano dura que te lo recuerde.
*
Dos de las palabras más ridículas de lo moderno: intelectual y artista.
*
La vida no es perfecta: el árbol más grande y hermoso de San Antonio es un alcornoque. Podría haber sido roble, encina o fresno, que quedan bien en cualquier sitio, pero da corcho y los de su especie son alcornoques.
Cómo poetizarlo aunque su sombra sea magnífica y las ramas más altas sirvan al ruiseñor para su encelado reclamo.
*
Los grandes acontecimientos de una vida nacen de trivialidades.
*
Estos tiempos cargan demasiadas responsabilidades en los hombros de los periodistas.
*
Chaval de 15 años que estrena, sábado por la tarde, un traje Liverpool de sastre bueno, hecho a medida y capricho, con su camisa blanca cuello Perkins, corbata de tirilla y botines negros echando chispas. Hay un grupo de chicas al paso y él pone lo mejor que tiene. En ese momento una gaviota lo caga entero. Para en seco, oye las carcajadas y vuelve a casa caminando deprisa y esquivando calles concurridas. Pasará el fin de semana en casa, muy enfadado y oyendo las risas mal disimuladas de sus padres y hermana. Era yo.
***