Nada tan degradante como buscar con los actos la aprobación afectiva.

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Los hechos son confusos y la verdad se embosca en ellos. Conviene desconfiar de las narraciones simples.

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No te creas todo lo que ves y, en especial, todo lo que sientes.

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Cuanto más extensa es la base de la pirámide más inaccesible la cúspide.

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El robo a mano armado institucionalizado que algunos llaman ‘derecho de conquista’ ha sido sustituido por la compra a bajo precio, crisis económica mediante, de sectores productivos y propiedades.

Basta con una subida de ciertos impuestos para que haya personas que deban deshacerse de sus bienes. Cuando se quiere comprar lo mejor es que el otro se vea obligado a vender.

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Para el destructor de monumentos siempre representan el horror aquellos que quiere destruir.

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El Arte Moderno no permite que exista la tradición pues exige que cada artista sea único y original, es decir, un mundo cerrado. Justo lo opuesto a la tradición, que debe ser abierta.

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La pintura verosímil es un estadio avanzado de la pintura realista.

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El verdadero mal, para serlo, añade lo innecesario, que es la crueldad. Los nazis pudieron deportar a los judíos pero los mataron.

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El pintor, como el escritor o el músico, trabaja un tema y lo resuelve lo mejor que sabe o puede en ese tiempo de su vida. Después el espectador decide. Si no fuera así estaríamos toda la vida corrigiendo o repintando.

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Las malas personas nunca son culpables aunque sepan disculparse.

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El mundo se representa mediante el lenguaje, sea éste el que sea. El pintor pinta con lo que tiene si no dedica su esfuerzo a la fantasía.

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No podemos imaginar nada que no exista. Los fantasiosos son ensambladores de partes existentes.

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Qué magia, qué tranquilidad destila leer ‘comité de expertos’, a propósito de lo que sea.

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No existe el snob humilde. Cuando un asunto ocupa a la gente, oye o lee las opiniones de los más espabilados y, cuando ve cuál es la opinión de esa mayoría de la minoría, suelta la suya añadiendo algo de radicalismo. El snob carece de opinión propia.

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La frase ‘era la única posibilidad’ suele esconder una mentira, siempre hubo otras pero esa era la más cómoda, fácil o conveniente.

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El trabajo más pesado de Sísifo es arrastrar la culpa. O tal vez expiarla viéndola rodar ladera abajo.

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El pintor y el ilustrador son parientes lejanos aunque haya quien crea que son hijos de la misma madre.

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A la manera de Basho.

Amanecer de invierno,

quejas de pájaros,

lloran los peces.

II

Caballo dormido,

El viento mueve la hierba

soñando guerras.

IIb

Caballo dormido.

Tiembla la hierba

por los jinetes muertos.

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«El estudio de Francisco Pacheco era un salón extensísimo, que tanto tenía de museo como de taller. A un extremo, delante de alta ventana cuyas luces bajas estaban veladas por lienzos encerados de color oscuro, se veía el caballete del maestro, junto al cual lucia, vestido con extrañas ropas, un perfecto maniquí, sentado en una silla romana. Las paredes, cubiertas de antiguos lienzos y de cuadros sin concluir, lucían á trechos brillantes piezas de arnés, espadas de diferentes épocas, esculturas hermosas y otros muchos objetos de curiosidad.

En el otro extremo varios caballetes puestos en semicírculo para recoger bien las luces, aunque colocados con cierto desorden, eran el sitio de los discípulos, que se ocupaban en copiar algunas obras del maestro, ó en preparar bocetos, ó en ir manchando obras de encargo, cada cual según sus facultades. El centro entre ambos puntos de estudio ó de trabajo lo llenaban algunos cómodos sillones de baqueta, y unos estantes de nogal tallados de gran relieve, en cuyas tablas se veían curiosos y raros libros de arte, de historia y de poesía, de los cuales algunos estaban abiertos en la mesa de caoba negra que ocupaba el centro de tan extensa habitación, y sobre la cual brillaba y atraía la atención un precioso Crucifijo de marfil de escultura italiana, obra de valiente artífice.»

«Una verdadera revolución causó en la existencia de Velazquez la llegada á Madrid del célebre Pedro Pablo Rubens, con quien ya anteriormente había sostenido comunicación epistolar (*), y que entró en la Corte en 9 de Agosto de 1628. Pronto se unieron en estrecha amistad los dos inspirados artistas, y juntos se dedicaron á conocer cuanto de notable y antiguo se conservaba en la villa, haciendo agradables excursiones al Escorial y á Toledo con igual objeto.

Cerca de un año (1) permaneció Rubens en Madrid, y á su partida quedó encendido en el pecho de su amigo el deseo de visitar los países que aquél le describiera, haciendo un viaje de instrucción por Flandes (2) y por Italia. Procuró al efecto terminar las muchas obras que tanto el rey D. Felipe como algunos individuos de la nobleza le tenían encomendadas, y en el mes de Junio de 1629 obtuvo la Real licencia para salir al extranjero, llevando, además de sus sueldos, cuatrocientos ducados que Felipe IV le concedió para gastos, y otros doscientos que le señaló el Conde-Duque de Olivares.

Atacado en Roma de la malaria, tuvo que trasladarse á Nápoles, donde entabló relaciones con el no menos célebre José Ribera; pero antes de salir de la Ciudad Eterna había hecho copias esmeradísimas del Juicio Final de Miguel Angel (3) y de los más hermosos frescos de Rafael. Hizo también en Roma su retrato, que envió como regalo á su suegro Francisco Pacheco.»

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Los pintores que siguen el realismo fotográfico ciego me recuerdan el chiste viejo: –¿Qué estudias? –La guía telefónica de Madrid. –¿De memoria? –No hombre, comprendiendo.

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No puedo soportar la pintura tonta y pago duro castigo: en este tiempo de recursos fáciles y ausencia de oficio hay demasiados que se creen pintores sólo porque pueden ir a la tienda y comprar lienzo, tubos y pinceles. Al quinto mojón ya se tienen por artistas y piden caso, exponer y vender. Nunca fueron pintores y no lo serán, malgré Picasso.

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En casa de mis padres, desde que tengo recuerdos, hubo Belén por Navidad. Mi padre era muy mañoso y le ponía riachuelo con agua de verdad y un pescador sentado a la orilla (con la árida llanura a su espalda, como en el poema de T.S. Eliot) que sacaba el mismo pez del agua cada poco rato. Tan grande era el Belén que casi no cabíamos en la habitación para verlo.

En mi propia casa nunca falta el Nacimiento por estas fechas, aunque sea en la expresión mínima de Niño Jesús, Virgen María y San José.

El árbol de Navidad apareció por casa de mis padres iniciados los años 60, con variedad de candelas y bolas relucientes, que entonces eran de cristal. Hasta su poquito de nieve bien repartida. En la mía no hay árbol. Nos da pena que sea de verdad y de plástico no nos gusta.

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La Belleza tiene un fallo, un flanco desguarnecido: necesita de los ojos que miran. La educación de los ojos fue tan importante como es la de los oídos para escuchar música. Guardada y protegida durante siglos ha terminado por caer en las manos indebidas pues ¿cómo podría un ciego enseñar a otro lo que él mismo es incapaz de ver?

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(*) No sé que se haya conservado esa correspondencia ni de dónde obtiene el autor el dato.

(1) 9 meses en realidad, de Agosto de 1628 a Abril de 1629. Rubens tenía 51 años y estaba en lo más alto de su oficio y fama. Velázquez tenía 29 años y continuaba con su personal evolución dentro del caravaggismo y las influencias recibidas de las obras presentes en la Corte. Rubens pintó en tan corto periodo de tiempo 40 obras, bastantes de las cuales quedaron en España.

(2) No consta que Velázquez viajase a Flandes.

(3) La figura de Aracne en el cuadro conocido como ‘Las Hilanderas’ parte con bastante literalidad de una de las Sibilas de la Sixtina.

Del libro de José María Asensio ‘Francisco Pacheco, sus obras artísticas y literarias’, Sevilla, 1886.

 

 

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