Velada musical en casa. Tengo un viejo Gaveau de pared que perteneció a una antepasada. Está bien cuidado y me molesto en que permanezca afinado y con los mecanismos a punto. Ya nadie lo toca pues mis hijos andan cada uno a lo suyo. Una pena.
Ayer GG nos cantó unas cuantas piezas, unos negro spirituals sobre el discurrir del río eterno, que no es otro que el Jordán. Lo acompañó al piano LB, extraordinario, sobre el que ahora contaré algo. También nos quisieron regalar los oídos AG con unas cuantas piezas pianísticas y la estupenda y encantadora CG, que nos recitó en la lengua original a Goethe, Pushkin y Catulo.
Se pasó muy bien la tarde noche y resultó que LB es el muchachito al que yo oía estudiar hace más de veinte años cuando pasaba por San Francisco. Ahora anda de conciertos por España y es profesor de conservatorio. Nos tocó un par de piezas de Chopin de gran maestro. No creo que ese piano de la abuela haya estado nunca mejor tocado.
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Dios planea algo con los escarabajos o no hubiese creado 350.000 especies de ellos. Eso, que tengamos fichadas porque pueden ser el triple. Si tenemos en cuenta que ya ha habido dos grandes extinciones y estamos empeñados en la tercera, mosquea bastante el asunto.
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Anoche, al salir a la plazuela para despedir a los invitados, la luna estaba algo sucia, brillante pero velada con una ligera gasa que no llegaba a nube.