Las Furias en El Prado. Interesante exposición con unas cuantas obras magníficas. Los dos Tizianos, tremendos; dos Ribera de no menor importancia y el espléndido Rubens, con la mano de su ayudante Snyders en el águila. Además hay una serie de grabados de Goltzius que me trae muy buenos recuerdos pues el pintor Z. tenía en su casa las dos estampas mejores.

¿De dónde saca esa potencia, ese músculo pictórico, un hombre tan menudo (Spagnoletto, Españolito) como Ribera. Un verdadero misterio la perfección formal y técnica de este pintor. Lo domina todo de cabo a rabo y da la impresión de que, aunque tirase la pintura contra el lienzo, la mancha ocuparía su lugar exacto. Qué grande.

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En El Canal de Plaza de Castilla cuelga una exposición de dibujos, grabados y fotografías de Degas, además de obras de algunos amigos suyos. Da la impresión de ser una colección privada lo que se expone pero no tengo el catálogo y no puedo confirmarlo.

No se trata de grandes piezas en el sentido de su importancia artística. Degas dibuja mucho mejor que eso. Hay bastantes obras de formación y produce desasosiego que el coleccionista pague dinero por cosas que, en algún caso, el pintor habría tirado a la papelera. Pero eso no es el arte sino el coleccionismo con su absurda manía de pagar por la rareza.

Hay una porción de grabados en la exposición estampados a partir de las planchas inutilizadas -rayadas- por el propio Degas. Los aguafortistas, para dejar bien claro a los compradores que no se tirarían más ejemplares con la misma plancha, solían hacerle unas rayas bien visibles. Pero de nuevo la rareza: hay ejemplares estampados con las planchas rayadas que son más caros -por escasos- que la tirada normal.

Puede verse un dibujito de Cézanne, un autorretrato, con los habituales defectos del amigo juvenil de Zola: mal encaje, mal de proporciones y nulo conocimiento de la anatomía. Aun así, ya lo sabe el lector, es considerado uno de los padres del arte moderno.

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Dice un columnista que Alaska forma parte de la banda sonora de su vida y me sorprende que algo tan triste se pueda decir en un periódico. Porque es tristísimo que esa sea la música de tus recuerdos.

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Escribir como de broma -en tono de coña- es tan ridículo como escribir siempre cabreado. Hay que tener verdadero talento para hacerlo bien. Por desgracia esto último no abunda.

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La soberbia científica consiste en no aceptar que lo que hoy es una verdad puede ser mañana una teoría superada y pasado mañana una superchería.

Hace sólo cinco años que Arsuaga afirmaba rotundamente que Neandertales y Cromañones no se cruzaron y, por tanto, no dejaron descendencia. Una verdad dogmática, incontrovertible. Lo que hay en la trastienda es que los instrumentos de que se disponía no permitían afinar más. Hoy es una evidencia -gracias a instrumentos más precisos- que no sólo tenemos en nuestro ADN herencia de aquellos humanos sino de otras dos especies más, de una de las cuales todavía no se han encontrado restos.

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La mejor defensa contra el loco suele ser hacerse el loco.

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Es muy raro que el pedante no sea, al tiempo, un cursi.